Hoy es un día curioso. Estos son días curiosos. Curiosos no es la palabra para estos días. La palabra para estos días no la quiero decir, no me esfuerzo para encontrar la palabra de los días porque creo que la palabra aniquilaría los días como el viento nuclear arrasaría el cesped de un campo de fútbol. Son días curiosos estos en los que no estoy ni arriba ni abajo. Lo último que sucede este día: el reproductor está en aleatorio y Black Satin de Miles Davis emplama con Us and Them de Pink Floyd como si fueran las dos juntas una sola canción perfecta. No estoy perfectamente bien ni perfectamente mal, estoy expuesto a todo, me doy cuenta de mucho, sin peso y sin tensión, floto sobre los tejados de la ciudad que ha crecido en mi. La ciudad es parecida a Lima, pero el cielo es idéntico al cielo malva-plomo de las noches de estos días. Lima con sus luces, desde abajo inventa su cielo nocturno. Todos inventamos nuestros cielos desde abajo hacia arriba. Quizá nunca estamos ni abajo ni arriba.